El día 8 de marzo celebramos el Día Internacional de la Mujer para conmemorar la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad de oportunidades muchas veces menores ante las del hombre, en la sociedad y en su desarrollo íntegro como personas.
En este día tan conmemorativo se defiende el feminismo, un término que en muchas ocasiones genera controversia al no conocerse correctamente su significado. Por tanto, ¿qué es el feminismo?
Entendemos el feminismo como el principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre. Por tanto, el feminismo es, nada más y nada menos, que la lucha por alcanzar una mayor igualdad de las mujeres en todas las esferas de la vida. El feminismo no quiere más, ni menos, busca conseguir los mismos derechos para la mujer y para el hombre. El feminismo no es lo contrario al machismo.

La importancia de educar en la igualdad

Si a día de hoy todavía se celebra un día como el Día Internacional de la Mujer es porque, aunque se hayan dado muchos pasos para igualar en derechos a mujeres y hombres, son muchas las mujeres que siguen discriminadas laboralmente en el mejor de los casos, o en el peor, son víctimas de agresiones sexuales y de violencia de género.
Y, es que, según datos de UNICEF, globalmente, 603 millones de mujeres viven en países donde la violencia doméstica no se considera un delito; en la India, las mujeres todavía son moneda de cambio en transacciones familiares; la mutilación genital femenina afecta a 130 millones de niñas y mujeres en todo el mundo; hasta el 70% de las mujeres de todo el mundo asegura haber sufrido una experiencia física o sexual violenta en algún momento de su vida; más de 110 millones de niños en el mundo no van a la escuela, de ellos dos tercios son niñas.
Estos son algunos de los datos que demuestran la desigualdad de la mujer frente al hombre que se sigue sufriendo hoy en día. Y pese a que pienses que estas son situaciones lejanas, es probable que se estén sufriendo más cerca de ti de lo que piensas. En tu ciudad, en tu barrio, en el colegio de tus hijos e hijas, quizás en tu propia casa, se sigue infravalorando a la mujer y restándole valor. ¿Cómo? Hay frases y creencias que siguen instaladas y ancladas en nuestra cultura, pero que están tan normalizadas que pasan desapercibidas para muchos.
“Para las niñas rosa y para los niños azul”, “llorar como una niña”, “las niñas no pueden jugar al fútbol”, “mujer tenía que ser”, etc. Son muchas de las frases o situaciones que a día de hoy se siguen viviendo. Es por ello, que educar desde la igualdad en la propia casa es tan importante.
Se debe, desde pequeños, escuchar a los hijos e hijas, no estigmatizarlos y hacer desaparecer los prejuicios que como adultos tenemos. Debemos cuidar las palabras y nuestro comportamiento, ya que, como ya es sabido, los hijos e hijas no hacen lo que decimos, sino lo que hacemos. No hay colores de niños y colores de niñas, no hay deportes de niños y deportes de niñas, simplemente hay colores y deportes. Y, sobre todo, enseñar a nuestras hijas, que podrán ser lo que quieran ser, igual que nuestros hijos.

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